ATAQUE DE CUERNOS
- simplementebaloncesto
- 23 dic 2020
- 3 Min. de lectura
El Barcelona volaba hace dos días a Estambul con dos objetivos. El primero, conseguir la victoria frente al Anadolu Efes. El segundo, acabar de firmar la rescisión de Thomas Heurtel para que pudiera firmar con el Fenerbahce.

Hace cuatro días, el Barcelona de mutuo acuerdo con Heurtel decidía no convocar al base galo en el partido frente al Juventut, con el objetivo de evitar lesiones que pudieran truncar su traspaso al Fenerbahce. Dos días más tarde se conoce la convocatoria del equipo para enfrentarse a Anadolu Efes. En dicha lista no se encuentra Thomas Heurtel. El jugador pide al club viajar con el equipo con el objetivo de reunirse con su agente en Estambul y ultimar los detalles de su traspaso. El Barcelona acepta. El club catalán estaba dispuesto a abonarle a Heurtel casi un millón y medio de euros de su contrato de esta temporada para facilitar su salida.
Entre medias, Leo Westermann anuncia en redes sociales la rescisión de su contrato con el Fenerbahce. Todo parece estar más o menos claro.
El Barcelona aterriza en Estambul y los directivos intercambian llamadas con los dirigentes del Fenerbahce para ultimar los detalles de la operación... cuando salta la banca. "El Fenerbahce no está interesado en fichar a Heurtel". Esa afirmación cae como un jarro de agua fría en Nacho Rodríguez y su equipo... ¿Qué está pasando?. Nadie entiende absolutamente nada. Tras varias conversaciones a 3 bandas con Heurtel y su representante, se conoce la realidad. El Fenerbahce era una cortina de humo de Heurtel. El francés ya tenía apalabrado su fichaje por el Real Madrid.
En el Barcelona no se lo pueden creer, y rompen cualquier tipo de preacuerdo verbal con el jugador para su salida. Una cosa es facilitar la salida, otra es pagarle la mitad de la ficha para que juegue en un rival directo en ACB y Euroliga. Totalmente inadmisible.
Ademas de todo esto, tras la disputa del encuentro el jugador solicita oficialmente al club hacer vida propia en Estambul, saliéndose de esta manera de la burbuja COVID de los integrantes de la primera plantilla. Este es el hecho clave que hace que Heurtel no vuelva a Barcelona con el resto del equipo. Totalmente comprensible.
NO ES CIERTO (como se ha especulado) que el Barcelona dejara tirado a Heurtel en Estambul. Le proporcionó noche de hotel y billete de avión (faltaba más), pero no junto al resto de integrantes del equipo. Esa es la realidad, se diga lo que se diga en los diferente medios.
A partir de ahí el Barcelona comienza a pensar en la estrategia para sacar a Heurtel del rooster, ya que hace ya tiempo que no es del agrado de Saras, y no exclusivamente por su nula eficiencia defensiva. La historia va mucho más allá que de "bajar el culo" para defender.
Desde que partió el avión de la expedición blaugrana con destino Barcelona se han empezado a manejar alternativas para solucionar el problema. Las primeras decisiones (quizás fruto del calentón de la situación) han sido claras. Si Heurtel quiere salir, deberá haber compensación económica al club. Si no, continuará en el equipo. Se verá en qué situación.
Lo que es evidente es que la situación es absolutamente insostenible. El club hizo todo lo posible para facilitar una salida que compensase a las dos partes, pero el ataque de cuernos con el que se ha encontrado no lo va a permitir.
Veremos cómo acaba la situación, ya que el bueno de Westermann ha visto paralizado su fichaje hasta ver cómo acaba el asunto. El Barcelona (dirigido por la junta gestora y en pleno proceso de campaña electoral) no puede acometer fichajes que descuadren los balances económicos del club, por tanto si no hay salidas, no puede haber entradas.
Como bien reza el dicho: "Lo peor de que te pongan los cuernos no es ser un cornudo, sino que eres el último en enterarte."
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