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EGOS Y TALANTE

  • Foto del escritor: simplementebaloncesto
    simplementebaloncesto
  • 20 dic 2020
  • 3 Min. de lectura

A primeros de julio de 2020, el Barcelona hacía oficial el fichaje de Jasikevicius tras la decepción en la final de la liga de Pesic ante el Baskonia.

El lituano ilusionaba a todos los estamentos del club, desde el presidente hasta el socio 99.567. Llegó Nick Calathes como único fichaje para reforzar el puesto de base tras la salida de Pangos y todo el mundo era optimista con la plantilla de la que disponía “Saras” para repetir los éxitos que logró en el Zalguiris de Kaunas. Un fantástico inicio tanto en ACB como en Euroliga llevó a los más optimistas a hablar de cambio de ciclo, pero pronto surgió un quiste que a día de hoy sigue sin aclararse, la dupla Calathes-Heurtel.


Heurtel pronto recibió los primeros toques de atención del siempre intenso coach. Le dijo que le veía más en posición de 2 que de 1, para la cual confiaba más en Bolmaro y Hanga, y le apretó para que se esmerara en defensa, posiblemente la carencia más notable del francés. Perfeccionista hasta el límite y con una pizarra que funciona siempre comenzando con una defensa intensa, “Saras” no tolera la fragilidad defensiva de ninguno de sus hombres.


Pero el debate va más allá. Calathes tras 1/3 de competición ha demostrado que no está capacitado para dirigir un equipo de gran nivel durante los 35 minutos que está en pista. No es algo que diga yo, sino que repasando su historial, en ningún equipo ganador ha sido el referente en la dirección del juego. Y alguien dirá que ganó la Euroliga 2011, y es cierto pero con menos de 16 minutos por partido y siendo el octavo jugador en el rooster griego, donde la dirección del PAO pasaba por activa y por pasiva a través de las manos de Diamantidis.


Pero volvamos al 2020, Calathes reparte 7 asistencias por partido, una auténtica barbaridad que le hacen ser el segundo mejor pasador por detrás de Shved. Pero ojo, que pierde 3 por partido, siendo el cuarto de la competición que más balones pierde, una auténtica barbaridad también.


55% en T2 (54 de la EL), 28% en T3 (97 de EL) y 58% en TL (ni aparece entre los 100 primeros), por tanto de sus números en el tiro no vamos ni a comentarlos, hablan por si solos.


Pero el problema es algo más que unos fríos números. El base americano da la sensación de no ser solvente en la toma de decisiones, de pesarle demasiado tantos minutos de juego y de tomar pésimas decisiones en finales de partido apretados. Y esta conclusión no sale de un solo partido, sino que pueden revisar todos los partidos en los que Calathes ha estado en pista en partidos ajustados y los resultados de sus acciones. Háganme caso, se llevarán una sorpresa.


Y en el fondo del banquillo, o incluso de los no convocados aparece Thomas Heurtel, con características nada parecidas a las de Calathes, pero con un aporte de caudal ofensivo muy por encima no solo del americano sino de gran parte de la plantilla azulgrana. Sabemos que Jasikevicius quiere gente comprometida en tareas defensivas, pero seamos claros. No puedes pedirle a Heurtel que defienda como Hanga, igual que no le puedes pedir al húngaro que anote como el francés.


¿De verdad no vale Heurtel para este rooster? Me cuesta creerlo. Sólo hay que saber encontrarle su sitio, pero la cosa se ha enquistado y ahora la situación parece destinada a un trasvase a Fenerbahce, donde sus contables echan números para cuadrar las cifras de los contratos que soportan. Como moneda proponen a Leo Westermann, un base que ya tuvo Jasikevicius bajo su mando en Kaunas, y que curiosamente fue propiedad del Barcelona y se le rescindió el contrato porque no valía, curiosa decisión.


Veremos cómo acaba todo esto, pero creo que en este caso la gestión de Saras es errónea. Que salga Heurtel para traer a Westermann parece un error importante. Hay que ser hábil para tener perfiles diferentes en plantilla y saber gestionar sus características. La temporada es larga y cada partido exige unas cosas u otras. Tener perfiles repetidos sólo puede llevarte al fracaso, ya que no ofreces alternativas a lo que pueda pasar. El talento nunca es un problema, sino una solución.


Ya conocen el dicho, “si sigues haciendo las cosas de la misma manera, obtendrás los mismos resultados”. Y estos resultados, de momento, no son buenos para el Barcelona.


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