EL DILEMA DEL TITÁN
- simplementebaloncesto
- 30 jun 2016
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 25 ene 2020

Final del partido, el Madrid sale campeón tras remontar el 1.0 inicial al Barcelona. Todos los jugadores están exultantes. Hacía 20 años que el Madrid no ganaba dos títulos de liga consecutivos. Es hora de festejos, de celebraciones de los jugadores... Pero para el cuerpo técnico y directiva el partido acaba de empezar. En juego la renovación del posiblemente pivot más dominante e influyente del viejo continente: Gustavo Ayón.
Verano de 2014, el Barcelona prepara una revolución en su plantilla. Se necesita un pivot que complemente a Ante Tomic. Se rastrea el mercado, pero incomprensiblemente no se espera al cierre de la NBA, hay urgencias. Clausurados los traspasos de la NBA, aparece Gustavo Ayón, actualmente en Atlanta y tras pasar por 4 equipos en 3 temporadas. En 2011 el mexicano inicio la aventura norteamericana desde Fuenlabrada, y el Barcelona se hizo con sus derechos en lo que parecía una jugada maestra. Pero misteriosamente, a la hora de decidir el compañero de pintura de Tomic, se decide apostar por Tibor Pleiss, un cromo repetido del croata que demostró ser un auténtico fiasco. El Barça renuncia a los derechos de Ayón, y el Madrid lo aprovechó firmando al jugador. La jugada maestra se trasladó de un barrio a otro. El Madrid firmó al jugador por 3 temporadas a razón de 6,6m$, con clausula de escape a la NBA multianual decreciente en el mismo periodo.
Pero en estos dos años de blanco, Ayón se desata. Se convierte en un jugador perfectamente adaptado a lo que pide Laso a sus jugadores interiores. Un jugador capaz de jugar de manera agresiva el pick and roll, con movilidad y buen desplazamiento lateral (lo que le ha hecho volver loco a Tomic en toda la serie final), y con unos grandes números de promedio. 11ppp y más de 6rpp.
Llegan los cantos de sirena, la NBA y las nuevas potencias turcas (Obradovic está loco por la música). El Madrid lo sabe, y le ofrece renovar por el equipo con sueldo top, solo por debajo de Rudy y al mismo nivel de Llull (2,5m€). El Titán está cómodo, le gusta Madrid, se encuentra a gusto en el equipo y se siente muy querido. Valora positivamente el esfuerzo que está haciendo el club para su renovación, aun a sabiendas que debido a la diferente tributación turca, ganaría mucho más dinero en neto en el país otomano que en el hispano.
Pero dos condicionantes lastran la decisión de Ayón. La primera, la espina de no haber triunfado en la NBA. Muchas lesiones, poca continuidad y demasiado traspaso en poco tiempo para sentirse querido y valorado y poder sacar lo mejor de uno mismo. Ayón cree que está en plena madurez, que podría ser un jugador importante en un roster NBA y que podría aportar cosas importantes con continuidad. Además gracias a los nuevos contratos televisivos, la NBA podría fácilmente tripicarle el sueldo con el que llegó a la liga americana (que era de 1,5m$). La segunda, su hijo. Vive en USA y siente la necesidad de pasar más tiempo junto a él, aunque conociendo el frenético ritmo de vida de un equipo NBA, quizás no sea un gran aporte.
En unas semanas se pondrá todo en la balanza, orgullo, dinero, valoración, familia, sensaciones, y el Titán decidirá. Su marcha dejaría al Madrid un agujero muy difícil de cubrir en el interior de la zona.
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