EL PODER DEL CORAZÓN
- simplementebaloncesto
- 7 nov 2016
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 25 ene 2020

Bartzokas: "El Madrid es el favorito, nosotros tenemos que sobrevivir".
Declaraciones sorprendentes a un día del clásico, sobre todo teniendo en cuenta que se juega en el Palau. ¿Estrategia?, ¿exceso de sinceridad?...
Las bazas y mensajes lanzados en rueda de prensa hace ya mucho tiempo que dejaron de convertirse en meras opiniones y excesos de sinceridad por parte de los implicados, y ya se han convertido en un elemento psicológico más del deporte. Jose Mourinho hace años que usa esta estrategia (aunque a veces se pasa de frenada) en rueda de prensa para liberar a los jugadores de la presión, y que los focos se centren única y exclusivamente en el banquillo. No pretendo valorar si me parecen actuaciones correctas o no, simplemente expongo el hecho actual existente en el deporte profesional.
Bartzokas quiso usar esta baza antes del partido contra el Real Madrid. No le faltaba razón al bueno del griego. Actualmente el equipo blanco no solo es favorito para todos y cada uno de los partidos y competiciones que dispute, sino que además, la cola en la enfermería azulgrana empezaba a ser preocupante.
Ribas, Navarro, Claver, Doellman y Lawal, casi nada. Un jugador por puesto y un quinteto que perfectamente podría ser titular en cualquier equipo de Euroliga. Pero Bartzokas tenía un plan. El partido comenzó con un Barcelona tremendamente efectivo tanto atrás como adelante, unido a la tranquilidad e incluso pasotismo de algunos de los jugadores blancos. Hubo momentos realmente preocupantes en la actitud del Real Madrid, donde parecía que habían cogido el AVE para ir a comer butifarras y calçots.
Nocioni: “Hoy el Barcelona quiere el partido y nosotros no”.
Bartzokas apostó de inicio con Rice (absolutamente excelso en todo el partido), Oleson, Eriksson, Vezenkov y Tomic. Del búlgaro hablaremos un día largo y tendido, donde la salida de Xavi Pascual y la lesión de Doellman le han fortalecido de manera superlativa. Se guardó una bala en la recámara para dar descanso y tener algo de producción ofensiva (Perperoglou). Y no presentaba mucho más el equipo azulgrana. Dorsey y Koponen esperaban su momento junto a Peno, para dar algo de refresco a Rice. Es decir, 7 seniors y un chico del filial.
Con este panorama, y el Madrid con 12 jugadores de primer nivel en plantilla, la pregunta es clara, ¿por qué no hubo ritmo alto desde el principio?. No hay respuesta, quizás la inoperancia de Laso, la pasividad de los jugadores, o posiblemente un poco de todo.
Es evidente que hace tiempo que la Liga Regular de la ACB dejó de ser algo diferencial y atractivo, y más aún si cabe con el nuevo formato de Euroliga. Sin ir más lejos, recordemos la final de la temporada pasada, donde el Barcelona fue primero de la liga regular, y el Madrid acabó pasándole por encima en el playoff final.
Pero no dejamos de estar hablando de un clásico, donde es de suponer que los jugadores apenas necesitan (o deberían necesitar) motivación para salir con el cuchillo entre los dientes. El Madrid viaja esta semana a Moscú para jugarse el partido más importante en lo que va de temporada, y quizás optó por dosificar los esfuerzos.
El problema es que muchas veces la conexión y desconexión tanto en partidos como en épocas de temporada no es tan fácil como hacer “click” en la cabeza. Sin ir más lejos, recordemos la desastrosa competición que realizó el Madrid en Euroliga la temporada pasada, donde solo un formato laxo y condescendiente con las derrotas permitió que continuara en la competición. El año pasado, con el actual formato, el Madrid hubiera sido eliminado de la Euroliga.
En definitiva, ayer un equipo creyó en si mismo, en su idea, con su gente, le puso ganas, y pasó por encima de un Madrid desdibujado. La fe y el corazón muchas veces puede superar el resto de factores diferenciales.
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