FIBA vs ULEB
- simplementebaloncesto
- 22 sept 2016
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 25 ene 2020

Año 1991, aparece a escena la ULEB (Unión de Ligas Europeas de Baloncesto) como organización para contribuir al desarrollo profesional de las competiciones nacionales. Objetivo principal: Profesionalizar las federaciones, lo que implica mejor gestión, mayor reparto económico y potenciar el desarrollo en el marketing y merchandising.
El primer cisma se plantea en la temporada 2000/2001 donde por primera y única vez se celebraron dos Copas de Europa, con sus dos respectivos campeones, en entidades diferentes (la de FIBA y la de ULEB). La repercusión mediática fue importante, y la FIBA acabó sucumbiendo a la gestión profesional de la ULEB para unificar sus competiciones a partir de la temporada 2001/2002.
La cosa quedó así hasta este año 2016, donde la FIBA se ha planteado de nuevo recoger el testigo de la gestión de las competiciones europeas. La cosa no debería ser más que una simple negociación económica, pero FIBA prefirió entrar como un elefante en una cacharrería para cumplir su objetivo.
Poniéndonos en situación, FIBA Europa creyó que era el momento de asumir el control de los torneos de clubes a nivel continental por lo que propuso una nueva competición europea, la Basketball Champions League, la cual comenzará a jugarse la próxima temporada 2016/2017. La ACB, independiente a la FEB y al CSD, firmó un acuerdo con la Euroliga para los próximos 4 años eso sí, con la independencia de los clubes a participar en cuantos torneos estén clasificados. Lo mismo hicieron la liga rusa y la liga adriática. En cambio, en Italia, Lituania, Israel, Grecia, Turquía y Polonia solamente firmaron acuerdos ciertos clubes con la organización europea, por lo que no se podían implicar a la totalidad de sus ligas.
La primera medida fue clara: Quedan excluidas del FIBA Eurobasket de 2017 las selecciones de España, Rusia y los países de la Liga Adriática (Serbia, Croacia, Eslovenia, Bosnia, Macedonia y Montenegro) y quedan avisadas Italia, Lituania, Grecia, Israel, Turquía y Polonia.
Lógicamente este farol de FIBA no prosperó y simplemente se posicionó en base a litigios, pleitos y demandas que como así fue, se avecinaron. La situación llegó al punto en el que FIBA había trazado su estrategia para sentarse en una mesa de negociación. Actualmente la marca Euroleague es demasiado potente como para cargársela de un plumazo, por lo que como bien dice el dicho, si no puedes con el enemigo, únete a él.
Tras varios acercamientos entre las dos entidades, llegó la reunión clave en Munich el pasado mayo. Ambas partes habían acordado previamente que la ECA (Euroleague Commercial Assets) se encargara de la primera competición continental de clubs, la Euroliga, y el ámbito FIBA de la segunda y la tercera. La Basketball Champions League S.A., joint venture entre FIBA y diferentes ligas europeas, organizaría la Basketball Champions League, y FIBA Europe se encargaría de la tercera, la FIBA Europe Cup. Todas las ligas nacionales clasificarían equipos para la Champions League y la FIBA Europe Cup y unas pocas también lo harían para la Euroliga. Además, habría ascensos y descensos entre Euroliga y BCL, recuperándose así un proyecto de la Euroliga aparcado hace algo más de un año por la oposición de las ligas.
La FIBA también accedió a otras peticiones de la Euroliga, como garantías sobre seguros a los jugadores que acudan a la llamada de sus selecciones y sobre una futura compensación económica a los clubs por la cesión de sus jugadores. Del mismo modo, FIBA aceptó que el acuerdo que se alcance sea por diez años para poder dar respuesta así a los compromisos de Euroliga en su contrato con IMG por esta duración.
El problema surgió al pedir la ECA 40 equipos en su competición con la idea de tener una Euroliga nivel 1 y una Euroliga nivel 2. FIBA interpreta ese movimiento como un intento de salvaguardar el actual status quo, con ECA controlando la Euroliga y una segunda competición de 24 equipos en el que simplemente se cambiaría el nombre de la actual Eurocup por el del Euroliga 2. El hecho de aumentar su número de equipos comportaría, está claro, la devaluación de la segunda y tercera competiciones.
Pero tras varios “tira y afloja” hubo un importante acercamiento de posturas y la paz entre ambos bandos es ya un hecho. Se amplió el número de equipos participantes en la Euroliga y se modificó el actual formato de TOP16 por el nuevo de Liga de todos contra todos.
Conclusión: muchos más partidos de nivel, más espectáculo y la gallina de huevos de oro continua dando réditos. Independientemente de la gestión y de los impactos económicos, da la sensación de que el acuerdo es beneficioso para el espectador ya que parece un formato mucho más atractivo para el aficionado al baloncesto.
Siéntense y disfruten… siempre que tengan televisión de pago, ya que las autonómicas no parecen estar por la labor de abonar los cuantiosos derechos televisivos de emisión para esta nueva temporada 2016/2017.
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