TIROTEO vs. ESTADOS UNIDOS
- simplementebaloncesto
- 8 jul 2018
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 25 ene 2020

Tyler Honeycutt descansaba de una larga temporada en Europa en su casa de Los Angeles. Ayer por la tarde, su madre llamaba a la policía por lo que consideraba un "comportamiento errático" de su hijo. Tyler se atrincheró en su casa y comenzó un tiroteo con la policía. Según mis fuentes consultadas fue abatido por los SWAT, aunque conforme pasen los días se esclarecerá el asunto. Desgraciadamente para todos, parece que las variables "armas de fuego" y "Estados Unidos" tienen tendencia a aparecer en el mismo contexto en demasiadas ocasiones.
Ya comienzan a ser demasiadas las ocasiones en las que el binomio anteriormente citado aparece con demasiada facilidad en los medios de comunicación, y no solo eso, sino que la tercera variable (léase “deportista”) está estrechamente ligada en los últimos tiempos a la ecuación. Hace ya muchos años en los que David Stern intentó poner coto al problema “Gangsta” no solo en el tema de la posesión de armas de fuego sino en la vestimenta de los jugadores, así como en la utilización de símbolos y manifestaciones públicas de bandas y pandilleros.
Aún recuerdo un partido de los playoffs en 2008 entre los Celtics y los Hawks. La cosa estaba realmente caliente y tras una canasta de Al Horford, cuando este vuelve a posiciones defensivas, le susurra algo al oído de Paul Pierce. Paul, con cara de pocos amigos, va hacia él mientras junta su pulgar y su índice haciendo un círculo con el resto de los dedos extendidos. La señal de los “Bloods”, una de las bandas más peligrosas de Los Angeles. La cara de Horford, un auténtico poema. (Os dejamos el enlace de Youtube)
Recordemos que la Segunda Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos de América protege el derecho del pueblo estadounidense a poseer y portar armas. Se antoja difícil erradicar algo tan arraigado en la cultura estadounidense, aunque es evidente que al punto al que se ha llegado parece más una versión 2.0 o incluso 3.0 de la citada enmienda, más que el objetivo principal de la misma.
Desgraciadamente el caso de Honeycutt no es ni mucho menos algo aislado. En 2016, el base novato de los Pelicans Bryce Dejean-Jones fue abatido por su “casero” cuando (según la versión de este) entró en su apartamento de madrugada y sin dar explicaciones. Un jugador con un futuro muy prometedor que se llevaba por delante el humeante cañón de una pistola.
Pero ya no es una cuestión de catástrofes y desgracias en lo que queremos centrarnos, que desafortunadamente son muchísimas, sino que queremos hacer mención a la cantidad de chantajes, amedrentamientos y coacciones que se realizan tras la culata de las armas de fuego. Recordemos que en 2010 Gilbert Arenas desenfundó su pistola en los vestuarios de los Wizards por una deuda de 25.000$ contraída en un partida de póker con su compañero Javaris Crittenton. Por no olvidar a John Brisker, del cual dijeron que llegó a encañonar a su entrenador minutos antes de un partido si no era titular.
Todavía recuerdo una entrevista a Calderón y Garbajosa cuando jugaban en los Toronto Raptors, donde relataban los cursos de ética a los que se somete a todos los novatos de la NBA. Las recomendaciones iban desde no agredir física o sexualmente a tu pareja hasta no portar armas de fuego a entrenamientos y/o partidos. Aun recuerdo las caras de los españoles, entre incredulidad y risa nerviosa.
Pero sí amigos, esto es Estados Unidos, la tierra de las oportunidades, donde un hombre puede hacerse a sí mismo aunque sea a punta de pistola. ¿Es esto lo que se espera del país que domina el mundo?
Comments